Netflix recula y ya no bloqueará las cuentas compartidas
Hace unos días Netflix matizaba su plan para comenzar con el recorte en el uso de cuentas compartidas y, tras muchos dimes y diretes, todo giraba en torno a la localización de lo que, entienden en el servicio, es la casa para la que se ha contratado el mismo. Un plan repleto de fisuras del que, al menos por el momento, en Netflix se han desdicho.
Según nos hicimos eco, la idea de Netflix para determinar si una cuenta está siendo compartida o no, emplearía un método que que combinase direcciones IP, identificación de los dispositivos y la actividad de la cuenta desde los dispositivos empleados. Nada fuera de lo normal, en principio, salvo por la tentativa de implantar unos bloqueos y códigos temporales de lo más confusos y, atendiendo a la naturaleza de un servicio como el que ofrece Netflix, contraproducentes.
A grandes rasgos, Netflix comprendería que solo uno es el domicilio principal desde el que se ha contratado la cuenta y todo lo que se saliese de ahí -aspecto determinado por la IP de conexión- se quedaba fuera, sujeto a una reidentificación cada mes a través de códigos específicos para cada usuario y dispositivo, permitiendo su uso en ellos durante una semana nada más.
Digamos que contratas Netflix y el servicio entiende que la casa donde pasas la mayor parte del tiempo, es la localización principal. Pero resulta que si vives en esa casa durante la semana y para el fin de semana te vas a otro domicilio, eso ya no cuenta y tendrías que: primero, conectarte al menos una vez al mes en el domicilio principal con el dispositivo desde el que usas Netflix en el domicilio secundario o, en el caso de no ser posible, por ejemplo si hablamos de un televisor, utilizar el código de marras.
Un despropósito que ha generado críticas a lo largo y ancho de Internet y que ha hecho recular al gigante del VOD, al menos de momento, cabe recalcar, y es que la compañía sigue empeñada en castigar a quienes comparten su cuenta para forzarles a pasar por caja. Tanto este amago de bloqueo como la opción barajada con anterioridad que permitiría habilitar a quienes comparten cuenta, creando una de manera independiente y pagando un extra, ha quedado sin aplicación, excepto para tres países: Chile, Costa Rica y Perú.
Lo cierto es que no es difícil discernir la trampa de Netflix desde lejos, pues si el primer paso es obligar a los usuarios a crear una cuenta propia y pagar un importa adicional, la paulatina subida de precio está más que asegurada en el corto y medio plazo. No engañan a nadie, vaya por delante. Conviene recordar que Netflix es, con bastante diferencia, el servicio de vídeo bajo demanda más caro y con más limitaciones del mercado.
Por el momento, lo que se mantiene es la intención de implementar los códigos de verificación de manera más intensa incluso de lo que se había adelantado, aunque está por ver hasta qué punto tensan la cuerda y trasladan las molestias a sus clientes. Si nos atenemos a lo que se cuenta por ahí, no es una jugada que vaya a salirle bien a Netflix, pero sin duda la compañía será la primera que lo tenga en consideración y valore el coste.
Esta misma semana publicaba la consultora Barlovento un estudio sobre el impacto que medidas como las anunciadas por Netflix tendrían entre los usuarios españoles del servicio, unos 9,6 millones en total de los cuales un 61,3% lo utiliza habitualmente desde ubicaciones diferentes y, de los cuales, un 58,7% se daría de baja inmediatamente de aplicarse las políticas de bloqueos y limitaciones.