¿Cómo instalar fuentes en Windows?
Instalar fuentes en Windows es uno de los medios más rápidos y sencillos para personalizar el aspecto del sistema operativo, de los documentos que creamos y editamos en el PC, etcétera. Sin embargo, son una inmensa mayoría los usuarios que jamás lo han hecho o que, en el mejor de los casos, sí que se lo han planteado, pero no saben cómo hacerlo.
Hay un punto importante en este sentido, y es que si deseamos, por ejemplo, emplear un nuevo tipo de letra en Word, lo instalaremos directamente en Windows, lo que hará que pase a estar disponible en todas las aplicaciones que utilizan el catálogo tipográfico del sistema operativo. Este sistema centralizado hace que todo sea más sencillo, pues no tendremos que instalar cada tipo de letra, de manera individual, en cada una de las aplicaciones en las que deseemos emplearla.
Además, instalar fuentes en Windows es algo tremendamente sencillo. En ocasiones, aunque quizá te sorprenda, lo más complicado es elegir la fuente más adecuada para el uso que queremos darle. Y es que en ocasiones nos dejamos embelesar por diseños visualmente muy llamativos, sin tener en cuenta que en realidad, en muchos casos, los diseños más sencillos son los más adecuados. Las tipografías más «barrocas» son recomendables, únicamente, para títulos o textos muy, muy cortos.
Por otra parte, otro «error» (técnicamente no es un error, pero sí que es algo muy poco recomendable) es, al descubrir repositorios de fuentes gratuitas, descargar e instalar en Windows una gran cantidad de ellas. En este punto, además, hablo por experiencia propia, aún recuerdo una ocasión, hace décadas, cuando un amigo me dejó un CD con una enorme cantidad de tipografías. Como quien va por primera vez en su vida a un buffet libre y además llega con hambre atrasada, las instalé absolutamente todas en mi PC de aquellos tiempos. Además de que esto ralentizó sustancialmente la carga de algunas aplicaciones que, al abrirse, cargaban todas las fuentes del sistema, hizo prácticamente imposible que pudiera encontrar, en cada ocasión, la tipografía que buscaba. En menos de 24 horas acabé borrando la inmensa mayoría.
También, en ocasiones, vemos una representación previa de una fuente, nos gusta y decidimos descargarla e instalarla. Sin embargo, a la hora de emplearla descubrimos que no permite el uso de caracteres acentuados. Por eso, es importante revisar la cuadricula completa de caracteres o emplear la función de prueba de la página web para comprobar que estos caracteres están disponibles.
Si nunca lo has hecho todavía, es posible que te estés preguntando dónde puedes obtener fuentes gratuitas. Lo cierto es que hay una enorme cantidad de páginas web en las que podrás encontrar muchos y muy variados diseños. Para empezar, te recomiendo que explores estos tres:
La navegación por dichas páginas es de lo más sencilla, así que dedica ahora el tiempo necesario hasta encontrar una tipografía que quieras, y descárgala. Asegúrate, eso sí, de que son TrueType (TTF) o OpenType (OTF) y, si lo que descargas es un archivo comprimido (que es lo más común), descomprímelo ahora.
Una vez que tengas el/los archivo/s en formato TTF y/o OTF, selecciónalos todos y haz click en ellos con el botón derecho del ratón. Entonces, cuando se muestre el menú contextual, haz click en la entrada «Instalar». En cuestión de segundos las tipografías ya estarán disponibles en tu PC. Ten en cuenta, eso sí, que muchas aplicaciones cargan el catálogo de fuentes al abrirse, por lo que es posible que tengas que reiniciarlas para tener las nuevas tipografías ya disponibles.