Calcula porcentajes con Excel

Hay muchas personas para las que el cálculo de porcentajes es una cuesta arriba. Y es que pese a ser una operación sencilla, es común ver errores en las fórmulas para calcularlos. No diré nombres, pero he llegado a encontrar errores de este tipo incluso en páginas web profesionales, que se supone que están destinadas a ayudar a las personas que tienen problemas con los mismos. Sé que puede parecer excesivo, pero te garantizo que es cierto.

La suerte es que, una vez más, contamos con la ayuda de Excel, esa aplicación que sirve casi para todo y que a muchos nos resulta imprescindible en el día a día. Y es que sí, es cierto que hay muchas operaciones que pueden realizarse con una calculadora normal y corriente, como la incluida en Windows o las que encontramos en nuestros smartphones (y calcular un porcentaje se encuentra entre ellas) pero, ¿por qué no ir un poco más allá? Vamos a ver tres operaciones habituales relacionadas con los porcentajes, y a crear una hoja de cálculo que nos permita calcularlos automáticamente.

Calcular el porcentaje de un número

Esta es, obviamente, la más sencilla de estas tres calculadoras. Lo que buscamos con ella es introducir un total y un porcentaje del mismo, y que la calculadora nos devuelva el valor numérico. Quizá se entienda mejor con un ejemplo: si yo introduzco como total 200, y como porcentaje el 5%, la calculadora me devolverá un 10, pues 10 es el 5% de 200.

Empezaremos por el diseño visual de la calculadora. En mi caso me gusta diferenciar, mediante colores, en qué celdas debemos introducir datos y en cuáles no. También podemos bloquear las celdas en las que se incluirán las fórmulas para no borrarlas por error, en otro práctico os contaremos cómo hacerlo. En cualquier caso, tras aplicar formatos y demás, mi calculadora tiene este aspecto:

Como puedes deducir, tendremos que introducir el total en B1 y el porcentaje en B2. Recuerda, eso sí, aplicar los formatos adecuados a dichas celdas, es decir, número a B1 y a B3 y porcentaje a B2:

Ahora ya solo tienes que situarte en B3 y escribir la siguiente fórmula: «=B1*B2» (sin las comillas). Y ya está. Con esa sencilla fórmula ya tendrás la calculadora básica de porcentajes:

Recuerda, eso sí, cambiar las referencias a las celdas si empleas otras distintas a las que se muestran en las imágenes.

Calcular el valor porcentual de un número con respecto a otro

Vamos a darle un giro a la situación. Imagina que lo que quieres es indicar dos cifras y que la calculadora te diga cuál es el valor porcentual de B con respecto a A. De nuevo con un ejemplo, que si indicas que A es 200 y que B es 80, la calculadora te diga que 80 es el 40% de 200.

Al igual que con la anterior, lleva a cabo el diseño visual de la misma, en mi caso es el siguiente:

Eso sí, en este caso tendrás que aplicar formato número a las celdas B1 y B2, y porcentaje a B3. Con todo esto listo, sitúate en B3 y escribe la fórmula «=1/B1*B2» (de nuevo, claro, sin las comillas) y la calculadora ya estará lista:

Ten en cuenta que en el ejemplo el valor de B es inferior al valor de A, pero en realidad también puede emplearse a la inversa, por ejemplo para calcular el valor porcentual de un incremento de precio. Para tal fin puedes tener en cuenta que debes restar 100 al resultado, o bien puedes emplear esta versión modificada de la fórmula: «=(1/B1*B2)-1».

Desglosar la parte del IVA en un precio

Imagina que has pagado por un producto o servicio y solo conoces el importe final que has tenido que abonar, pero no qué parte del mismo corresponde al IVA. La buena noticia es que, si sabes qué tipo se ha aplicado, calcularlo es muy sencillo. Recordemos que, en España, estos son los tres tipos de IVA:

Tipo de IVATasa impositiva
General21,00%
Reducido10,00%
Superreducido4,00%

Y lo que queremos es una  calculadora a la que proporcionarle el precio final que hemos pagado y el tipo de IVA correspondiente, y que en respuesta nos de lo que hemos pagado de tasa y el importe sin IVA. En este caso, por lo tanto, emplearemos dos campos de entrada y otros dos de salida, algo así:

En este caso aplicaremos el formato moneda a las celdas B1, B3 y B4 y el formato porcentaje a la celda B2. Con todo listo, escribiremos la fórmula «=(B1/(1+B2))*B2» en la celda B3 y, a continuación, «=B1-B3» en la celda B4. Así, cuando introduzcamos los valores correspondientes en B1 y B2, podremos ver el desglose del IVA:

Como puedes ver, realizar este tipo de operaciones es realmente sencillo con Excel. Y si quieres ver más trucos de la hoja de cálculo de Microsoft, aquí puedes encontrar otros tres que te pueden resultar muy prácticos

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Mi portátil no rinde como debería, ¿Qué puedo hacer?

Por fin tienes entre manos tu nuevo portátil. Llegas a casa, lo enciendes, completas el proceso de configuración de inicio de Windows y cuando empiezas a disfrutarlo te das cuenta de que algo no va bien, y es que su rendimiento no es todo lo bueno que esperabas. Si te encuentras en esta situación no te preocupes, en la mayoría de los casos no se trata de un problema, sino de una característica de los portátiles actuales.

También es importante tener en cuenta que la manera en la que utilizamos el portátil también puede influir en el rendimiento. Así, por ejemplo, si lo utilizamos con la batería el equipo activará por defecto un modo de bajo consumo para maximizar la vida de la batería, algo que afectará al rendimiento y también a otros aspectos, como el brillo de la pantalla.

¿Por qué mi portátil no rinde como debe si está conectado a la corriente?

En este caso parece no existir una explicación razonable, pero la verdad es que sí la hay, y es muy sencilla. Windows 10 y Windows 11 permiten utilizar diferentes planes de energía que pueden priorizar el rendimiento, el equilibrio o el ahorro de batería. En función del plan que utilicemos el rendimiento de nuestro portátil puede verse seriamente afectado, y lo mismo ocurriría con la batería.

No obstante, cabe la posibilidad de cuando intentas cambiar el plan de energía en los ajustes de Windows descubras que solo tienes un plan disponible. En este caso, debes echar un vistazo a la opción «Mostrar Planes Adicionales», ya que lo más probable es que te aparezcan ahí otros planes adicionales. Si no es así, podemos crear el plan de máximo rendimiento siguiendo estos pasos:

  • Abrimos la consola de comandos pulsando la tecla de Windows y escribiendo «CMD» (sin comillas).
  • Una vez dentro copiamos y pegamos esto: «powercfg -duplicatescheme e9a42b02-d5df-448d-aa00-03f14749eb61», también sin comillas.
  • Listo, ya debería aparecernos el plan de máximo rendimiento en las opciones de planes de energía. Podemos personalizarlo si lo consideramos necesario.

Es importante tener en cuenta también que la mayoría de los OEMs incluyen software dedicado que permite controlar, con un simple clic, el perfil de rendimiento del equipo, y que este software prima sobre la configuración general de Windows, así que debemos asegurarnos de que tenemos seleccionado el perfil de alto rendimiento antes de empezar a plantearnos un posible problema.

Si no tenemos descargado dicho software podremos conseguirlo a través de la página web del fabricante de nuestro equipo, y de una manera totalmente gratuita. Este tipo de herramientas suelen resolver casi de inmediato la mayoría de los problemas asociados a la gestión de la energía y el rendimiento del equipo, así que tenedlo siempre presente. Por otro lado, no os olvidéis de los perfiles de los ventiladores, que deben estar también configurados en modo rendimiento.

¿Y si todo esto falla qué puedo hacer?

Personalmente te recomiendo ponerte en contacto con el soporte técnico del fabricante de tu portátil, ya que serán los que mejor podrán ayudarte a resolver el problema. De esta manera evitarás perder tiempo dando palos de ciego, aunque siempre puedes probar a utilizar ThrottleStop si no te importa tener que «cacharrear» un poco más, aunque esto solo sería realmente recomendable para usuarios más avanzados que saben lo que hacen.

Este programa se puede descargar de forma totalmente gratuita, y ofrece numerosas opciones que nos permitirán controlar y eliminar las principales limitaciones de rendimiento que suelen tener asociadas la mayoría de procesadores actuales para ordenadores portátiles. La configuración debería quedar tal y como la vemos en la imagen adjunta, con la opción «BD PROCHOT» desactivada.

Para comprobar si tu CPU vuelve a rendir como debería puedes utilizar la prueba de estrés de CPU-Z y el monitor de rendimiento de Windows 10-Windows 11 (entra en el «Administrador de Tareas» y haz clic en la pestaña «Rendimiento > CPU»). Si tu CPU se pone al 100% y alcanza su velocidad máxima enhorabuena, has resuelto el problema.

HDMI frente a DisplayPort en juegos PC: ¿Cuál es la interfaz más adecuada?

Para conectar un ordenador personal a una pantalla de visualización y alimentarlo de contenido necesitamos usar alguna de las interfaces normalizadas por la industria. Aunque hay otras más antiguas como DVI o VGA y otras más modernas como USB Tipo-C, las dos más avanzadas y populares en la actualidad son HDMI y DisplayPort.

Tanto si conectamos el PC a un televisor como si lo hacemos a un monitor informático, el objetivo principal es transportar contenido de vídeo y audio en las mejores condiciones. HDMI y DisplayPort son estándares avanzados que sirven para todo tipo de usos, pero ¿cuál de ellos es más adecuado para el exigente mundo de juegos en PC? Intentamos responder a una pregunta que se hacen muchos usuarios.

HDMI

High-Definition Multimedia Interface es una norma que la industria implementó para reemplazar al antiguo euroconector. Permite uso de vídeo de alta definición, cifrado y sin comprimir, además de audio multicanal también sin comprimir en un solo cable. Otras de sus ventajas son sus funciones como HDMI-CEC (control de electrónica de consumo de HDMI), que le permite controlar numerosos dispositivos con un control remoto. Su enfoque es claro y más allá de su uso en PCs, es la interfaz de elección en dispositivos multimedia conectados a grandes pantallas como televisores.

El conector estándar de HDMI es el tipo A y tiene 19 pines. El tipo B, con 29 pines, permite llevar un canal de vídeo expandido para pantallas de alta resolución. Están disponibles en tamaño completo (Tipo A), mini-HDMI (Tipo B) y micro-HDMI (Tipo C). Un punto claro a su favor es su extensión masiva, ya que puedes encontrarlo en cualquier tipo de dispositivo.

Entre sus desventajas, señalar que su conector es menos sólido que anteriores estándares de pantalla (como VGA) y tienen más facilidad para desconexiones accidentales y con ello fallos físicos o eléctricos. Otra crítica es la incorporación de una protección de contenido digital (HDCP) a modo de gestor de «restricciones digitales», que impide copia del contenido transmitido por el usuario.

HDMI ha recibido numerosas revisiones desde sus inicios en 2002. Las versiones más extendidas actualmente son la 1.4 y la 2.0. Ésta ha corregido las limitaciones en ancho de banda de versiones anteriores hasta 18 Gbps / s, para alcanzar 60 FPS en 4K y 144 Hz en 1080p. HDMI 2 también incluye importantes ventajas en otros apartados, el soporte para alto rango dinámico (HDR) y el soporte para la profundidad de color, hasta 10 y 12 bits. Esta versión ha mantenido la compatibilidad a nivel de cableado y pueden utilizarse los anteriores para obtener sus ventajas.

HDMI 2.1 fue la última versión de la norma en aparecer y supuso un punto y aparte en el estándar por el aumento del ancho de banda máximo hasta los 48 GB/s. Ello le permite acceder a resoluciones 8K y 10K a 60 Hz y a los 120 Hz en 4K. Además, en esta versión el HDR dinámico está disponible para todas las resoluciones y cuenta con otras funciones como la tasa de refresco variable, retorno de audio mejorado (eARC) y soporte para Dolby Atmos y DTS:X. A pesar de que fue presentada en 2017, todavía no ha sido desplegada masivamente.

Comentar que ya ha sido anunciada una nueva versión, HDMI 2.1a. Incluye una nueva característica denominada Mapeo de tonos basado en fuente (SBTM para abreviar) que supone una mejora de la tecnología de rango dinámico HDR que permite que la fuente de vídeo (sea un PC o consola de juegos) maneje el mapeo de tonos HDR en una pantalla de visualización como un monitor o televisor. Y lo citamos porque es una característica enfocada a ejecución de videojuegos, ya que debería permitir que los dispositivos combinen los gráficos HDR, SDR y HDR dinámicos para crear las imágenes que los desarrolladores programen.

DisplayPort

DisplayPort fue el último gran estándar de interfaces de pantalla en llegar al mercado. Propuesto por la organización VESA en 2008, fue diseñado especialmente para transmisión de contenido (vídeo, audio y datos) entre un PC y un monitor o múltiples. Su conector tiene 20 pines (32 en conectores internos para portátiles) y dispone de un pequeño mecanismo para asegurar su ajuste en dispositivos. Como en HDMI, puedes encontrar conectores de tamaño completo o reducido en tamaño (con las mismas prestaciones) Mini DisplayPort (MiniDP o mDP).

La versiones más usadas actualmente son la 1.3 y 1.4, con ancho de banda de hasta 32,4 Gbps. Ello abre las puertas a resoluciones 8K para 7.680 x 4.320 píxeles. La señal de audio soportada admite un máximo de 8 canales sin compresión, 192 kHz, 24-bit. También soporta opcionalmente restricciones digitales (DPCP) con cifrado AES de 128 bits y desde la revisión 1.1 admite protección de contenido mediante el más extendido estándar HDCP.

Su rango de frecuencias de vídeo máximas soportadas son diferentes. Todas las versiones de DisplayPort soportan 144 Hz a 1080p. La versión 1.2 soporta 144 Hz a resoluciones 2K. La v1.3 admite hasta 120 Hz en 4K o 8K a 30 Hz. La versión 1.4 escala hasta 144 Hz en 4K empleando la función Display Stream Compression (DSC) y soporta hasta 8K a 60Hz con HDR.

La última versión para el estándar es Display Port 2.0. La versión eleva el ancho de banda a unos estratosféricos 77,37 Gb/s. Soporta tasas de refresco de 144 Hz en 4K, eleva a 120 Hz la de 8K e introduce soporte para los 16K (30 Hz) que HDMI no soporta todavía. Es, de largo, la interfaz de pantalla de mayores prestaciones de la industria, pero no está demasiado extendida.

¿HDMI o DisplayPort en juegos PC?

Las últimas versiones de ambas interfaces son tan avanzadas que el grueso de los consumidores tendrá sus necesidades cubiertas con cualquiera de ellas. Las tarjetas gráficas, tanto dedicadas como integradas, tienen salidas de ambas, al igual que los monitores disponen de las entradas correspondientes. Hay cableado de todo tipo y también adaptadores de unos a otros, aunque se pierdan prestaciones.

Pero el usuario que quiera jugar en PC a un cierto nivel seleccionará DisplayPort como la interfaz de referencia. HDMI 2.1 se ha acercado en prestaciones, pero todavía queda por debajo en varios apartados como el ancho de banda o la resolución soportada.

Si usas una tarjeta gráfica de NVIDIA y un monitor que soporte la tecnología de sincronización de imágenes G-Sync, la elección está aún más clara a favor de DisplayPort ya que el gigante verde no soporta HDMI en este tipo de configuraciones.

Lo mismo podemos decir si quieres usar configuraciones multi pantalla. DisplayPort marca distancias sobre todos los demás ya que una de sus ventajas es su capacidad para sacar contenido de vídeo a múltiples pantallas a través de la tecnología Multi-Stream Transport (MST). El puerto es “divisible” a través de concentradores y las pantallas pueden conectarse en cadena. Es un apartado que no tiene (ni tendrá por concepto) HDMI.

En resumen: DisplayPort debe ser la interfaz de elección para jugadores en PC. Está especialmente diseñado para ordenadores personales y ofrece mayores prestaciones y posibilidades que HDMI, más especializado para conectar dispositivos multimedia a grandes pantallas como televisores o consolas de videojuegos donde no está disponible Display Port.

Fotogramas por segundo y tasa de refresco en juegos: qué son y por qué importan

Los fotogramas por segundo se han convertido en el principal valor para medir el rendimiento de un ordenador, o de una videoconsola, en juegos. Todos sabéis que a mayor tasa de fotogramas por segundo mayor es el rendimiento, y sois conscientes de que esto siempre es «mejor», pero no todo el mundo tiene claro qué son exactamente y por qué más es mejor.

La tasa de fotogramas por segundo es importante, pero también hay otras claves que debemos tener muy en cuenta cuando hablamos de estos, como por ejemplo la sincronización y la correcta generación de cada fotograma, y también la tasa de refresco del monitor que estemos utilizando. Todos estos elementos están profundamente unidos, y al final son fundamentales para que podamos disfrutar de una buena experiencia en nuestros juegos favoritos.

En este artículo os vamos a explicar todo lo que debéis saber sobre los fotogramas por segundo, sobre la tasa de refresco y sobre los diferentes ajustes y tecnologías que pueden afectar a ambos. Como siempre, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla. Sin más preámbulos, empezamos.

Qué son los fotogramas por segundo y por qué importan

Cuando hablamos de fotogramas por segundo estamos haciendo referencia a la cantidad de fotogramas que se generan en un juego en un segundo. Normalmente, un fotograma se genera en una cantidad determinada de milisegundos, y dependiendo del tiempo que necesite será posible alcanzar una cifra menor o mayor. Por ejemplo, si un fotograma se genera en 33,33 milisegundos tendremos una tasa de 30 fotogramas por segundo, pero si este se genera en 16,66 milisegundos tendremos una tasa de 60 fotogramas por segundo.

Para generar un fotograma es necesario que la CPU suministre a la GPU la información básica de la escena del juego, y que esta última saque adelante una gran carga de trabajo (geometría, texturizado y sombreado, étc). La potencia de ambos componentes determinará el máximo de fotogramas por segundo que nuestro equipo es capaz de producir, aunque esto puede verse afectado por numerosos factores, como lo exigente que sea el juego, la resolución que utilicemos y las tecnologías que tengamos activadas.

Una mayor tasa de fotogramas por segundo es mejor porque hará que percibamos las escenas en movimiento con una mayor fluidez. Por contra, una baja tasa de fotogramas por segundo hará que tengamos la sensación de que el juego se mueve a tirones, y esto puede llega a afectar a nuestra capacidad de reacción y a nuestro rendimiento en dicho juego. Olvídate del mito que dice que el ojo humano no percibe más de 30 fotogramas por segundo, ya que de hecho ocurre todo lo contrario y pasar de 30 a 60 fotogramas por segundo marca una diferencia enorme.

Tasas de fotogramas por segundo: valores mínimos y óptimos

Para disfrutar de una experiencia mínimamente aceptable  en juegos es necesario alcanzar una tasa de fotogramas por segundo mínima que, dependiendo de las exigencias de cada persona, debe estar entre los 25 y los 30 FPS como mínimo. Con todo, lo ideal para disfrutar de una experiencia óptima es contar al menos con 60 fotogramas por segundo.

Entre ambos extremos hay una serie de niveles intermedios que marcan una diferencia considerable, y que merecen un análisis detallado para que tengamos claro la experiencia que podemos esperar:

  • Menos de 25 FPS: baja fluidez y tirones muy marcados. No podemos disfrutar correctamente del juego.
  • Entre 25 y 30 FPS: fluidez aceptable y sin tirones que afecten gravemente a la jugabilidad. Podremos disfrutar correctamente del juego.
  • Entre 40 y 50 FPS: fluidez muy buena y sin tirones. Superar los 40 FPS ya marca una diferencia muy marcada en términos de fluidez.
  • Medias de 60 FPS: es el nivel óptimo para jugar, y representa una diferencia muy grande frente a jugar a 30 FPS en términos de fluidez en general.
  • Más de 60 FPS: es ideal para juegos competitivos, aunque no resulta imprescindible para todo el mundo.

Qué es la tasa de refresco y por qué es importante

La tasa de refresco indica la cantidad de veces que se renueva la imagen en un segundo, y es un valor que está profundamente unido a la GPU y a la tasa de fotogramas por segundo. Un monitor que tenga una tasa de refresco de 30 Hz solo refrescará la imagen 30 veces en un segundo, mientras que un monitor que alcance los 144 Hz podrá renovar la imagen 144 veces en un segundo. La diferencia es abrumadora, y afecta también a la sensación de fluidez que tendremos en juegos.

Como hemos dicho, la tasa de refresco es importante porque nos permitirá visualizar una mayor cantidad de imágenes nuevas en un segundo, y esto no solo mejorará la sensación de fluidez, sino que también nos ayudará a evitar esa sensación de fatiga ocular que se produce cuando nos movemos por debajo de los 60 Hz. No obstante, debemos tener en cuenta que para aprovechar una alta tasa de refresco necesitamos una alta tasa de fotogramas por segundo.

Al combinar ambos valores, una alta tasa de refresco y de fotogramas por segundo, tendremos una mayor cantidad de información visual en un segundo y disfrutaremos de esa mayor fluidez que ya hemos comentado, dos claves que obviamente nos darán una ventaja importante. Con una menor tasa de refresco y una alta tasa de fotogramas por segundo parte de estos quedarán «desperdiciados», y nos perderemos información visual importante.

Vamos a verlo con un ejemplo. Si tenemos un monitor de 144 Hz pero nuestro equipo apenas puede mantener 30 fotogramas por segundo no notaremos ninguna diferencia comparado con el resultado que obtendríamos al utilizar un monitor de 60 Hz, ya que el monitor no estaría recibiendo suficiente cantidad de fotogramas nuevos para actualizar la imagen. Por contra, si nuestro equipo fuese capaz de generar 144 fotogramas por segundo la diferencia que marcaría ese monitor sería muy grande, ya que podría actualizar la imagen 144 veces en un segundo y utilizar 144 fotogramas totalmente nuevos. Sería lo ideal, sin duda.

Tasas de refresco: valores mínimos y óptimos

En líneas generales debemos evitar los monitores de 30 Hz, aunque estos por suerte están «en peligro de extinción», y no es normal encontrar modelos con una tasa de refresco tan baja. Con todo, recuerdo que aún es posible encontrar algunos modelos con resolución 4K muy baratos que tienen esa tasa de refresco (de ahí su bajo precio). A partir de 60 Hz podemos disfrutar de una buena experiencia, aunque con modelos superiores esta mejorará sensiblemente siempre que nuestro equipo sea capaz de alcanzar una elevada tasa de fotogramas por segundo.

  • Tasa de 30 Hz: es un nivel a evitar, como ya hemos dicho.
  • Tasa de 60 Hz: es el mínimo que debemos buscar a día de hoy.
  • Tasa de 75 Hz: es un nivel que no marca una gran diferencia frente al anterior. Normalmente se utiliza en monitores gaming de gama baja.
  • Tasa de 90 Hz: un nivel superior al anterior que ya representa un salto considerable.
  • Tasa de entre 120 Hz y 144 Hz: es el nivel óptimo para los que quieren disfrutar de una experiencia perfecta en juegos, siempre que el equipo esté a la altura, como hemos dicho.
  • Tasa de refresco de más de 144 Hz: son monitores diseñados para gaming competitivo, es decir, para jugadores profesionales. Hace tiempo que logramos alcanzar los 360 Hz.

Problemas y tecnologías que pueden ayudarnos a mejorar la experiencia

Como hemos visto, tasa de fotogramas por segundo y tasa de refresco son dos valores que están profundamente unidos, y es totalmente normal, ya que el monitor utilizará los fotogramas que genera la tarjeta gráfica para renovar la imagen con cada uno de ellos. Lo ideal es que ambos valores sean idénticos, pero esto es algo que muy complicado de conseguir de forma natural, es decir, dejando que el equipo y el monitor trabajen libremente.

Cuando una tarjeta gráfica genera una tasa de fotogramas por segundo mayor a la tasa de refresco máxima del monitor se produce lo que conocemos como «tearing» o ruptura de la imagen, caracterizada por la aparición de líneas horizontales que «rompen» la imagen. Para evitarlo, podemos utilizar la sincronización vertical (V-Sync), que limita la tasa de FPS a valores concretos (normalmente 60 FPS). Esto funciona, pero presenta dos problemas:

  • Si la tasa de FPS cae de los 60 FPS en ciertas zonas notaremos una pérdida de fluidez muy marcada.
  • Puede tener un cierto impacto en el rendimiento general del equipo.

Otro problema importante que afecta a la tasa de fotogramas por segundo es el «stuttering» o tartamudeo de la imagen. Esto ocurre cuando se produce una descoordinación importante entre la generación de un fotograma y la muestra del mismo en pantalla, es decir, hay un fallo en la sincronización de la GPU y el monitor. En estos casos, la GPU produce un fotograma unos milisegundos más tarde de lo que debería y genera una latencia de renderizado anormal, haciendo que se produzcan microtirones que pueden arruinar por completo la experiencia de juego.

El «stuttering» puede ser un problema tan grave que un juego que funcione a entre 25 y 30 FPS con una latencia de renderizado correcta puede ser perfectamente disfrutable, mientras que otro a 30 FPS estables con dicho problema puede acabar siendo una auténtica pesadilla. Bloodborne es uno de los mejores ejemplos del calvario que puede representar el «stuttering».

Las tecnologías G-Sync de NVIDIA y FreeSync de AMD nos liberarán por completo de los problemas de «tearing» y «stuttering», y sin que tengamos que asumir ningún tipo de impacto en el rendimiento de nuestros juegos favoritos. Ambas hacen el mismo papel, sincronizan GPU y monitor para que la generación de fotogramas por segundo y el refresco de la imagen trabajen al unísono y ofrezcan un resultado perfecto.

Cinco series «tecnológicas» para desconectar en verano

Resulta estupendo descubrir cómo el verano nos permite hacer todas esas cosas para las que no hemos tenido tiempo el resto del año. Desde reconciliarnos con ese hobby que tenemos aparcado hace tiempo, a enfrascarnos en todos esos libros que nos han ido recomendando a lo largo del año, o retomar una olvidada pasión por los videojuegos, las posibilidades son casi infinitas.

Y sí, también puede ser el momento perfecto para sentarnos en el sillón de casa, saber que al día siguiente no tenemos que madrugar y que, por lo tanto, podemos lanzarnos a un maratón de series de forma totalmente despreocupada. Convencidos como estamos de que probablemente habréis dejado pasar algunos títulos más que recomendables, hoy os queremos proponer cinco series «tecnológicas» con las que llenar vuestras tardes de agosto.

Indemnización (Apple TV+)

Severance no solo es una de las grandes series de este año, sino que probablemente sea una de las mejores series de ciencia ficción de la historia. El planteamiento, aparentemente sencillo, esconce en realidad una trama adictiva.

En Severance, Mark Scout lidera un equipo en Industrias Lumon, cuyos empleados se han sometido a un procedimiento de separación, que divide quirúrgicamente sus recuerdos entre su trabajo y su vida personal, de modo que gracias a un chip en su cerebro los trabajadores olvidan completamente lo que han realizado en el trabajo cada vez que salen de la oficina y de igual manera, son incapaces de retener ningún recuerdo personal una vez inicia su jornada laboral.

Además del componente tecnológico, la serie acierta a la hora de denunciar entornos corporativos tóxicos que deshumanizan y aíslan a las personas.

Amor, Muerte + Robots (Netflix)

Suele decirse de Netflix que es una plataforma en la que prima la cantidad frente a la calidad. Y aunque esto en cierta medida es así, también lo es que es la plataforma que más proyectos independientes apoya, muchos de los cuales no se estrenarían en ninguna otra plataforma.

Y aquí uno de los más interesantes es «Love, Death +Robots», una serie que este año ha cumplido su tercera temporada y que, en capítulos independientes de entre 5 y 20 minutos, facilita que directores y creadores de todo el mundo reflexionen desde la ficción sobre el impacto actual y futuro que la robótica y la Inteligencia Artificial va a tener en nuestras vidas. Y ahí hay espacio para todo: desde una aspiradora inteligente con instintos asesinos a robots preparados para salvar a la humanidad de sí misma. Una joya.

Desarrolladores (HBO Max)

Lily y Sergei  son una joven pareja de ingenieros informáticos que trabajan para Amaya, una empresa de tecnología pionera dirigida por Forest, que además de CEO tiene los clásicos rasgos identificativos de ese gurú tecnológico con una visión que puede hacer del mundo «un lugar mejor».

La acción comienza cuando él es ascendido para trabajar en el ultrasecreto departamento Devs. Aparte de que el nombre indica desarrollo, nadie sabe qué es Devs excepto el puñado de personas que tienen acceso… y que como iremos descubriendo, nos habla de un momento en el que ese «gran salto» de la humanidad a nivel científico tecnológico está siendo preparado.

Para toda la humanidad (Apple TV+)

Pocos acontecimientos históricos como la carrera espacial han supuesto un mayor despliegue de innovación y nuevas tecnologías. Una carrera espacial que podría ser de hecho mucho más interesante si nunca hubiese terminado.

Ese es precisamente del argumento del que parte «For All Mankind», una serie que representa lo que habría sucedido después de que la Unión Soviética hubiese tenido éxito en su primer alunizaje tripulado (un mes antes que el Apolo 11) y por lo tanto, la historia no hubiese transcurrido tal y como nos la han contado.

Una serie que parte desde el derrotismo americano y se adentra en la segunda temporada en unos años ’80 en los que las cosas se ponen mucho más interesantes. Para no perdérsela.

La subida (Amazon Prime Video)

Terminamos nuestras recomendaciones veraniegas con una comedia. Y es que aunque en «The Upload» se tratan temas que acaban por ser bastante serios, su tono ligero y divertido la han convertido en una de las ficciones del año en la plataforma de Amazon.

La serie que ha estrenado este año su segunda temporada, nos habla de un futuro en el que aquellos que se resisten a morir, pueden «subir» su conciencia a un universo virtual (almacenado en inmensos servidores) en el que tienen la oportunidad de vivir una segunda vida… siempre que estén dispuestos a pagar lo que cuesta.

Con un guion que trata conceptos que van de la IA a la realidad virtual, pero también de muchos de los problemas de la tecnología actual como las micro-transacciones, las suscripciones para casi todo, el SPAM o los asistentes tecnológicos que no son tan inteligentes como nos creemos, la serie es desde luego una mirada fresca al mundo de la tecnología, enmarcada en una trama en la que también hay toques de misterio.

Seis errores que debemos evitar a la hora de comprar un portátil para gaming

Comprar un portátil para gaming representa una inversión muy importante, y por ello debemos tener mucho cuidado a la hora de tomar una decisión, ya que un error podría llevarnos directamente a hacer una mala compra, y al final tendríamos que lidiar con ese error durante unos cuantos años, salvo que tengamos la suerte de poder devolver el equipo y adquirir otro modelo que se ajuste mejor a nuestras necesidades reales.

Muchos creen que a la hora de elegir un portátil para gaming solo importa la potencia, el rendimiento en bruto que sea capaz de ofrecer ese equipo, pero lo cierto es que detrás de esa idea genérica y con una parte de verdad hay una serie de claves importantes que debemos matizar, y que hay que tener muy en cuenta si no queremos cometer errores graves en la compra de nuestro nuevo portátil para gaming.

Soy consciente de que no todo el mundo tiene claras esas claves, y por eso he decidido compartir con vosotros esta guía, en la que vamos a descubrir seis errores importantes que debemos evitar a toda costa si queremos acertar en la elección de nuestro nuevo portátil para gaming. Voy a ir directamente al grano en cada uno de esos seis puntos para que esta guía os resulte útil y fácil de consultar, pero si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla. Sin más, empezamos.

1.-No tener en cuenta el peso y el tamaño del equipo

Es uno de los errores más frecuentes porque tendremos a pensar que el peso y el tamaño son aspectos secundarios en un portátil para gaming, ya que este estará casi siempre conectado a la corriente y en un sitio fijo. La verdad es que esta idea tiene también una parte de verdad, pero debemos tener en cuenta que comprar un equipo muy grande y pesado nos hará la vida mucho más difícil, y nos limitará bastante a la hora de utilizar el portátil.

Piensa, por ejemplo, en lo que ocurriría si tuvieras que mover un portátil gaming muy pesado, o si quisieras utilizarlo ocasionalmente en localizaciones distintas, o incluso si necesitaras colocártelo encima de las piernas durante pequeños periodos de uso. Es cierto que el peso y el tamaño no son tan importantes en un portátil para gaming, pero esto no quiere decir que no debamos darle un mínimo de importancia ya que, al final, si vamos a comprar un «monstruo» de 3 kilogramos o más casi sería mejor optar directamente por un PC de escritorio.

En líneas generales lo ideal es buscar un portátil para gaming que no pese más de 2,5 kilogramos, aunque todo dependerá de las especificaciones del mismo y de lo importante que sea la potencia para nosotros. Personalmente, prefiero los portátiles para gaming que tienen un peso aproximado de 2 kilogramos, como por ejemplo el ASUS TUF Dash F15 que tuve la oportunidad de probar en su momento.

2.-El procesador importa, pero no más que la gráfica

He visto muchos casos de personas que han comprado un portátil para gaming dando una prioridad absoluta al procesador, algo que es un error muy grave. Cuando adquirimos un portátil de este tipo nuestro objetivo es jugar, y hacerlo de la mejor manera posible. Los juegos actuales tienen una mayor dependencia de la GPU y no necesitan de una CPU extremadamente potente para ofrecer un buen rendimiento, lo que hace que incluso con procesadores de gama media-baja podamos disfrutar de una buena experiencia.

Con esto en mente es fácil entender por qué comprar un portátil para gaming con una GPU de gama alta y una CPU de gama media es un acierto, y por qué comprar un equipo de este tipo con una GPU de gama media y una CPU de gama alta es un error. Para verlo mejor, os voy a poner un ejemplo. Un conocido compró recientemente un portátil equipado con una GeForce RTX 3050 Mobile de 4 GB y un procesador Core i7-12700H, y pagó más de 1.300 euros por este equipo. Creo que salta a la vista dónde está el error, y es que esa GPU es «pequeña» en comparación con la CPU.

Por contra, el ASUS TUF Dash F15 que compró un amigo por recomendación mía cuando estuvo disponible por solo 899 euros rinde mucho mejor en juegos a pesar de que monta un Intel Core i7-11370H, ya que tiene una GeForce RTX 3060 Mobile de 6 GB. Esta tarjeta gráfica es mucho más potente y marca una diferencia enorme en juegos, mientras que el procesador es suficiente para mover cualquier título actual con garantías. La conclusión que debemos sacar de este punto es simple, debemos priorizar la tarjeta gráfica cuando hemos llegado al mínimo recomendado a nivel de CPU.

3.-La cantidad de RAM es clave, pero también su configuración

Sí, la cantidad importa, pero la configuración también. Comprar un portátil para gaming con 16 GB de memoria RAM es sin duda lo más recomendable a día de hoy, ya que esa cifra nos permitirá jugar con todas las garantías a cualquier título presente y futuro, pero debemos tener en cuenta también otros aspectos importantes, como la velocidad de la misma y si esta viene configurada en doble canal o si, por contra, está montada en single channel.

La mayoría de los ensambladores de portátiles utilizan memorias RAM a una velocidad lo bastante buena como para que el procesador pueda trabajar a toda máquina, así que en este sentido no tenemos nada de lo que preocuparnos. Sin embargo, donde sí puede surgir un problema es el tema del doble canal, ya que todavía muchos equipos vienen con un único módulo de memoria RAM, incluso en sus configuraciones de 16 GB.

Lo ideal es buscar modelos que cuenten con 16 GB de memoria RAM configurada en doble canal, ya que ese modo activa un bus de 128 bits, lo que permite doblar el ancho de banda. De esta manera las comunicaciones entre la CPU y la RAM serán más rápidas, y esto mejorará el rendimiento. Por contra, cuando está configurada en single channel el bus se reduce a 64 bits.

4.-No todas las tarjetas gráficas son iguales ni rinden al mismo nivel

Este es un tema que todavía genera muchas dudas, y que vamos a aclarar de la manera más sencilla posible para no generar más incertidumbre. El rendimiento de una tarjeta gráfica para portátiles gaming se ve determinado por su arquitectura, su número de shaders, la cantidad de memoria gráfica que integra y sus frecuencias máximas de trabajo.

Las frecuencias máximas de trabajo pueden variar enormemente en función del modo turbo, y este depende directamente del consumo máximo de cada tarjeta gráfica. Dentro de una misma serie de tarjetas gráficas pueden existir varios modelos con consumos diferentes, y por tanto con velocidades de trabajo muy distintas. Es evidente que una tarjeta gráfica que funcione a menos frecuencia que otra para consumir menos energía y generar menos calor también tendrá un rendimiento inferior.

Por todo eso, una misma tarjeta gráfica configurada con dos consumos diferentes tendrá un rendimiento distinto. Por ejemplo, una GeForce RTX 3060 Mobile configurada con un consumo de 85 vatios rendirá menos que otra configurada con un consumo de 125 vatios. La diferencia puede ser sustancial, y esto también puede hacer que tarjetas gráficas inferiores en gama pero con un consumo mayor rindan más que otras superiores pero con un consumo inferior.

Las tarjetas gráficas con un consumo mayor, identificado como TGP en el caso de las soluciones de NVIDIA y como TBP en los modelos de AMD, serán más potentes, pero consumirán más energía y generarán más calor, lo que limita su integración a los portátiles para gaming más grandes y también más pesados. Obviamente también necesitarán de sistemas de refrigeración más caros, voluminosos y ruidosos.

5.-Infravalorar la importancia de la calidad de la pantalla

Este es otro de los errores más frecuentes que cometen muchos usuarios cuando compran un portátil para gaming. Se ciegan y no ven más allá de la configuración a nivel de CPU y GPU, creen que han hecho una buena compra, pero cuando llegan a casa y ven la calidad de la pantalla se llevan un enorme disgusto.

La calidad de la pantalla está asociada al tipo de panel que monta cada equipo, pero incluso aunque tengamos claro que un portátil viene con un panel VA o IPS, es importante revisar otras cosas como los espacios de color que puede cubrir y si cuenta con tecnologías clave como Adaptive Sync. Una pantalla VA o IPS ofrece unos ángulos de visión muy buenos en 178 grados, pero no siempre es por sí misma una garantía absoluta.

El espacio de color también es muy importante, y para que tengáis una referencia vuelto a poner como ejemplo el ASUS TUF Dash F15, un portátil que tiene un panel de grado IPS, pero que tiene una reproducción del color mejorable porque está limitado a una cobertura del 45% en el espacio NTSC, del 62,50% en el espacio sRGB 62,50% y del 47,34% en el espacio Adobe. Con todo, lo compensa con su tasa de refresco de 144 Hz y la inclusión de Adaptive Sync, que nos permite librarnos del «tearing» y del «stuttering».

La tecnología Adaptive Sync marca una diferencia muy importante en cualquier portátil para gaming, incluso aunque no tengamos potencia suficiente para llegar a la tasa máxima de refresco del panel, ya que contribuye a generar una imagen limpia, sin ruptura de la imagen y libre de microtirones generados por la generación irregular y desincronizada de fotogramas, incluso cuando nos movemos por debajo de los 60 FPS.

6.-No comprobar si viene con sistema operativo preinstalado

Este se ha convertido en un error que ocurre con bastante frecuencia, y que trae causa de una tendencia de los OEMs a comercializar portátiles gaming a un precio ligeramente más bajo a cambio de suprimir el sistema operativo. Esto normalmente supone un ahorro aproximado de entre 100 y 200 euros, pero puede darnos más de un quebradero de cabeza, ya que no todos los usuarios son conscientes de esto, y no siempre es fácil instalar Windows 10 o Windows 11 en un portátil para gaming, especialmente si este incluye características específicas que requieren de controladores concretos.

Con esto no quiero decir que sea imprescindible comprar un portátil para gaming con el sistema operativo preinstalado, de hecho yo he hecho todo lo contrario en mi última renovación, pero sí que es importante tenerlo en cuenta porque puede que si no somos conscientes de que nuestro nuevo portátil nos llegará sin sistema operativo es probable que nos llevemos un susto, y tendremos que dedicarle tiempo para llevar a cabo la instalación del mismo, y de los controladores que sean necesarios.

Si eres un usuario con unos conocimientos mínimos no tendrás problema, pero si no tienes experiencia puede que te sientas perdido y que al más mínimo problema a nivel de drivers tengas que recurrir a un profesional, lo que hará que ese ahorro pueda llegar a difuminarse por completo. Recuerda que, normalmente, en la web de la fabricante dedicada a tu equipo es posible encontrar todos sus controladores. Tenerlos descargados en una unidad USB te ahorrará tiempo.

12 aplicaciones para Android para poner cierta distancia de Google

Android está fuertemente atado a Google, cosa que queda todavía más en evidencia en los smartphones que la gente suele tener en sus manos salvo que se trate de un iPhone o el dispositivo de algún entusiasta que haya instalado una ROM personalizada o algún sistema Linux si ha preferido reforzar el perfil geek.

Google procede con Android de manera muy similar a como lo hace con otros productos como Chromium. Tanto Android Open Source Project (AOSP) como Chromium son en un principio software libre, pero las licencias bajo las que están publicadas (Apache 2 y BSD de tres cláusulas respectivamente) permiten cerrar el código fuente en todo producto derivado, así que al final la mayoría de la gente conoce esas tecnologías a través de las implementaciones de Android de los fabricantes de móviles, que son en su inmensa mayoría privativas, y por Chrome, un derivado privativo de Chromium impulsado por la propia Google.

Además de los temas relacionados con el software libre, el código abierto y las licencias privativas, tenemos la mala fama que tiene Google en materia de privacidad. Es importante distinguir aquí entre seguridad y privacidad, ya que los servicios del gigante de Mountain View sí son seguros, porque si no nadie los usaría, pero la forma en la que la compañía trata los datos de sus propios usuarios es algo que desde hace mucho tiempo está cuestionado.

En resumidas cuentas, y como ya hemos expuesto en anteriores ocasiones, Google da razones para no ser una compañía de fiar. Sin embargo, a veces poner distancia de sus servicios puede ser difícil sobre todo en Android, donde la compañía llega a ejercer bastante control, así que vamos a mencionar doce aplicaciones alternativas para poner cierta distancia de la compañía en el sistema operativo móvil.

Mozilla Firefox

Mozilla Firefox se ha convertido en la única alternativa real frente a Chromium, el navegador del que derivan muchos otros como Chrome, Brave, Vivaldi, Opera y el actual Microsoft Edge. Dentro de Android se suma el valor de ser uno de los pocos navegadores de la Play Store que se publican como código abierto.

Firefox para Android mantiene bastantes de las virtudes de las versiones para escritorio, entre ellas los bloqueadores que permiten frenar algunos de los principales rastreadores presentes en Internet, una característica que es posible reforzar con uBlock Origin.

Lo malo es que hace un tiempo migró su base tecnológica a Fenix. Este movimiento ha permitido que la aplicación mejore en aspectos como el rendimiento a la hora de navegar, pero con el precio de romper la compatibilidad con la mayoría de las extensiones presentes para las versiones dirigidas al escritorio.

A pesar de no haber triunfado en móviles, usar Firefox en ese contexto tiene su atractivo y el bloqueador que suministra por defecto puede ser suficiente para mejorar la experiencia con la navegación en comparación con Chrome. Además, Android deja la puerta lo suficientemente abierta como para que Mozilla pueda implementar su propia tecnología, cosa que no permite Apple en iOS ni iPadOS.

Brave Browser

El problema de Chromium es que se ha asentado tanto que en la actualidad muchos sitios web no funcionan correctamente sobre otro motor de renderizado, empezando por el de Firefox, que está siendo abandonado por muchos desarrolladores web debido a su baja cuota general y a que es poco usado en empresas e instituciones públicas.

Como consecuencia, muchos usuarios se ven incapaces de despegarse de Chromium, así que para ellos existe la posibilidad de usar Brave, el único gran derivado publicado como software libre. Siendo más concretos con la licencia, emplea la misma que Firefox: la MPL 2.

Brave es un navegador web que intenta ser respetuoso con la privacidad. Para ello, aparte de transparencia, incorpora unos bloqueadores que son más potentes que los incluidos en Firefox de forma predeterminada, así que en ese sentido termina siendo una mejor opción para aquellos usuarios que buscan privacidad, pero que no tienen los conocimientos suficientes como para modificar de forma pormenorizada uBlock Origin.

Otras características son la sincronización sin contraseña ni cuenta de usuario y la posibilidad de emplear el VPN de pago y propio de Brave. Adicionalmente y de forma separada, el usuario puede establecer el buscador de Brave de manera predeterminada, el cual, frente a otras opciones como DuckDuckGo y Qwant, destaca por ofrecer resultados de búsqueda propios e independientes a la vez que, según explica la empresa responsable, no se dedica a rastrear a los usuarios.

Bitwarden

Google quiere mejorar su gestor de contraseñas para simplificar y mejorar la integración entre Chrome y Android. Una vez más, nos encontramos con el dilema de si confiar o no datos comprometedores a la compañía, ya que estos estarán a buen recaudo, pero en el aire queda si cumplirá o no en materia de privacidad.

Bitwarden es un gestor de contraseñas popular y que no tiene ninguna vinculación con Google. Esto se suma al hecho de que en un alto porcentaje es software libre tanto a nivel de cliente como de servidor, así que ofrece en este frente mucha más transparencia que LastPass. Es importante tener en cuenta que el software libre y el código abierto no son ninguna panacea, pero tener ese factor a favor siempre es mejor que no tenerlo, sobre todo porque significa que el software puede ser auditado por un tercero sin compromiso.

Bitwarden poner a disposición de manera predeterminada un gestor de contraseñas gratuito con capacidad para almacenar contraseñas de manera ilimitada y acceso a una cantidad ilimitada de dispositivos. Sin embargo, posiblemente al usuario le merezca la pena pagar por una cuenta de tipo de Premium, que ofrece autenticación en dos pasos avanzada, acceso de emergencia, un autenticador propio e informes de seguridad, entre otras cosas.

Collabora Office

Android tiene a su disposición potentes suites ofimáticas como Microsoft Office y Google Docs Editors, pero estos tienen la tendencia de “invitar” al usuario a que inicie sesión en línea. ¿Y si uno quiere trabajar fuera de línea y sincronizar luego los documentos a través de un servicio que no sea Google Drive y OneDrive? Para eso está Collabora Office, una suite ofimática que se basa en la tecnología de LibreOffice.

A falta de una versión oficial de LibreOffice para Android, Collabora Office se muestra por ahora como la alternativa más sólida. La compañía que lo desarrolla, radicada en Reino Unido, tiene un estrecho vínculo con Linux y el software libre, hasta el extremo de no solo ser la responsable de una implementación online de LibreOffice, sino que también es una de las principales impulsoras de Wayland, el protocolo gráfico que aspira a suceder a Xorg en Linux, a través de su implementación en Wine y la realidad virtual.

Volviendo a Collabora Office para Android, se trata de una suite ofimática que suministra todo lo que el usuario necesita para la edición de documentos, permitiendo crear y modificar los formatos en el procreador de textos, las hojas de cálculo y las presentaciones. Además, ofrece una alta compatibilidad con los formatos de documentos de Microsoft y unos altos niveles de privacidad gracias a que es software libre y no está atado a ningún servicio en la nube.

K-9 Mail (futuro Thunderbird para Android)

K-9 Mail es un cliente de correo para Android publicado como software libre. Entre sus características tiene soporte para múltiples cuentas, una bandeja de entrada unificada (lo que en realidad es un arma de doble filo), no incorpora ningún rastreador (otra cosa es que los servicios con los que interacciona lo haga), sincronización automática en segundo plano, notificaciones, búsquedas tanto a nivel local como en el servidor y cifrado del correo con OpenPGP.

Como vemos, K-9 Mail no es que sea algo revolucionario, más viendo que las aplicaciones sencillas de este tipo dejaron de aportar revoluciones hace mucho tiempo para simplemente continuar con su evolución en términos de interfaz, privacidad y seguridad.

Un detalle interesante de K-9 Mail es que fue adoptado hace poco por Mozilla para ser convertido poco a poco en Thunderbird para Android, así que apostar por este cliente de correo debería de ser una garantía de futuro.

Simple Calendar (o Calendario Simple: Agenda)

Nuestras vidas están cada vez más saturadas, lo que aumenta la necesidad de utilizar un calendario que ayude a poner orden en nuestra agenda. La aplicación del calendario en el móvil no solo debe permitir al usuario consultar los eventos programados, sino también enviar notificaciones cuando toque y hasta sincronizar en caso de emplear algún servicio en línea de ese tipo para ver los datos independientemente del dispositivo utilizado.

De Simple Calendar hay dos versiones: una gratuita y otra Pro con algunas características adicionales. Ambas son software libre, cuentan con soporte de CalDAV y no tienen publicidad, pero este es uno de esos casos en los que pasar por caja merece la pena viendo el precio de tan solo 0,79 euros de la versión Pro en la Play Store. Realizar ese gesto ayudará a los desarrolladores a continuar con su trabajo y mejorar todavía más la aplicación.

SimpleNote

¿Necesitas una aplicación que te permita gestionar listas de tareas y pósits digitales? Google ofrece Keep, la cual está al alcance de cualquier que tenga una cuenta para sus servicios y productos (entre los que están el buscador, Gmail, YouTube y Android). Como alternativa existe SimpleNote, la cual es una aplicación más básica, pero que también ofrece sincronización y es software libre, como la mayoría de las aplicaciones que estamos mencionando en esta entrada.

SimpleNote tiene entre sus posibilidades la adición de etiquetas para encontrar las notas más fácilmente mediante una búsqueda, la compartición de las listas de tareas y el soporte para Markdown, el cual cada vez está más extendido.

Por lo demás, no estamos ante una aplicación revolucionaria dentro de segmento, aunque cumple con su función más que de sobra. Cuenta con aplicaciones para iOS, Windows, Linux y macOS para aquellos que quieran consultar sus notas y listas desde cualquier dispositivo.

QKSMS

QKSMS, como bien indica su nombre, es una aplicación de SMS, y además está publicada como software libre bajo la licencia GPLv3. Sus principales características son su bella interfaz, la cual es a la vez intuitiva y clara para facilitar su uso al máximo, las posibilidades de personalización a través de la aplicación de colores sobre el tema principal o una conversación en particular, la notificaciones por contacto, el establecimiento manual o automático del modo de luz nocturna, soporte para enviar fotos y stickers a través de los MMS, además de privacidad mediante el bloque de contactos y la gestión de la lista negra.

Simple Contacts Pro (o Contactos Simples Pro)

De la mano de los mismos que están detrás de Simple Calendar, estamos ante una aplicación que permite, en esta ocasión, gestionar de forma simple los contactos que uno tenga en el smartphone, y encima es software libre. ¿Qué más se puede pedir?

Obviamente, aquí nos encontramos un enfoque similar al de la aplicación de calendario, así que el usuario tiene a su disposición la posibilidad de gestionar sus contactos de forma local y a través de sincronización, situación en la que muy probablemente se termine empleando la cuenta de Google viendo el sistema que nos ocupa en esta entrada.

Simple Contacts Pro, que cuesta 0,79 euros en la Play Store, ofrece gestión de los números de teléfono, la cuentas de correo electrónico y los eventos de los usuarios. Soporta el filtrado y la ordenación por múltiples parámetros, la importación y exportación de contactos en formato vCard a archivos ‘.vcf’ y es capaz de mostrar los contactos o grupos favoritos en una lista separada. Además, los grupos pueden ser empleados para enviar correos electrónicos o SMS por lotes para ahorrar tiempo.

OsmAnd

Google Maps es un excelente servicio de mapas, tanto, que hace años puso contra las cuerdas a TomTom, que fue en el pasado el gigante de la navegación a través de GPS. El servicio del gigante Mountain View logró imponerse gracias a que es muy preciso, es capaz de ofrecer información del tráfico en tiempo real y lo más importante, es “gratuito”. Pero ya se sabe que con Google, si no se pasa por caja, es que la “divisa” empleada para pagar son los datos del propio usuario.

Por su parte, OsmAnd es un servicio de mapas de código abierto, capaz de funcionar offline y que se apoya en OpenStreetMap. Entre sus características tiene la posibilidad de ofrecer mapas detallados que pueden funcionar fuera de línea, mostrar la posición del usuario y su orientación en el mapa, guardar los lugares más importantes como favoritos, es capaz de mostrar los puntos de interés y soporta rutas a recorrer a pie o en bicicleta.

pCloud

Google Drive no es un mal servicio de almacenamiento en la nube, pero su soporte multiplataforma, al menos mediante aplicaciones nativas, es un tanto limitado. De hecho, muchos años después, sigue sin haber una aplicación oficial para Linux. Como alternativa se puede recurrir a pCloud, el cual también es privativo, pero al menos sí ofrece un soporte consistente entre Windows, Linux y macOS y tiene su sede Suiza, dentro del continente europeo.

Su aplicación o cliente para Android soporta todo lo que resulta típico en un servicio de almacenamiento en la nube: subir ficheros, listarlos, descargarlos, visualizarlos y cuenta con opciones para compartir, invitar y solicitar ficheros. Gracias a que incluye un reproductor multimedia, evita la apertura de otra aplicación para esa tarea.

VLC

¿De veras que este conocido y reputado reproductor multimedia necesita de presentación a estas alturas? VLC es software libre y todo un titán en su terreno. Su aplicación para Android mantiene buena parte de las virtudes de las versiones para sistemas operativos de escritorio, si bien la interfaz sí es bastante diferente con el propósito de adaptarse a las peculiaridades de las pantallas táctiles.

Aunque es conocido sobre todo por ser un reproductor de vídeo, VLC puede ser empleado como un reproductor de audio con sus correspondientes listas de reproducción. La aplicación para Android destaca por tener unos primeros pasos que explican de forma detallada cómo utilizarla para así minimizar el impacto del cambio desde las versiones para escritorio.

Conclusión

Como vemos, el ecosistema de Android está muy bien surtido de aplicaciones, entre ellas muchas que se alejan del tiempo controvertido ecosistema de Google. Muchas de las aplicaciones mencionadas también están disponibles desde F-Droid, repositorio y tienda de aplicaciones que merece la pena configurar si uno quiere alejarse todavía más del gigante de Mountain View.

5 trucos para Word que debes conocer

Microsoft Word es un programa tremendamente complejo. No en lo referido a su interfaz y su curva de aprendizaje, que están diseñadas para que prácticamente cualquier persona pueda empezar a trabajar con él de manera casi inmediata. No, me refiero a que, tras ese diseño pensado para resultar sencillo, se oculta una interminable lista de funciones que, en muchos casos, requieren que el usuario dedique un buen tiempo a explorar menús y demás para dar con ellas.

Esto no es patrimonio exclusivo de Word, claro, ocurre también con otras aplicaciones de Microsoft Office, como la hoja de cálculo Excel, y también con otros procesadores de texto, que buscan el complicado equilibrio entre una interfaz lo más sencilla posible y una amplia cantidad de funciones para satisfacer las necesidades de la mayoría de usuarios. La consecuencia es que, por norma general, y debido a la primera de las dos premisas, muchas funciones y herramientas quedan «ocultas», de modo que los usuarios no llegan a ser conscientes de su existencia, pese a que podrían encajar como un guante en sus necesidades.

Así, al igual que la semana pasada te contamos algunas funciones de Excel que no son conocidas por la mayoría, hoy rebuscaremos en las tripas de Microsoft Word en busca y captura de esas funciones que, pese a ser excepcionalmente prácticas, no son demasiado conocidas. Seguro que, entre ellas, encuentras alguna que no conocías y que te resulta útil… a no ser que seas un «pro» de Word, en cuyo caso te invitamos a que compartas tu truco preferido de Word en los comentarios, ¡estamos deseando leerlos!

Mayúsculas a minúsculas (y viceversa)

Aunque visualmente resulta desagradable, en ocasiones es necesario redactar un texto empleando exclusivamente las mayúsculas. Y, por contra, en ocasiones ocurre que recibimos un documento escrito completamente en mayúsculas sin razón alguna. Para ambos casos, la buena noticia es que Word cuenta con una función que nos permite alternar, rápidamente, entre uno y otro estilo.

Para emplearla tan solo tendremos que seleccionar el texto y seleccionar la opción deseada en este menú

Como ya habrás deducido, con el estilo «Tipo oración», el texto se convertirá a minúsculas, con la única excepción de la primera letra tras cada punto.

Añadir marca de agua

¿Quieres que un documento muestre tu logotipo, marca o cualquier otro elemento, ya sea una imagen o un texto, a modo de marca de agua, en el fondo de las páginas? Pues en realidad es de lo más sencillo, puesto que Word cuenta con una función para tal fin. Para encontrarla, empieza por hacer click en «Diseño» en la barra superior, y a continuación pincha en

Como puedes ver, Word te ofrecerá algunos textos que puedes emplear como marca de agua, pero para emplear una imagen tendrás que hacer click en «Marcas de agua personalizadas» y, en el diálogo que se mostrará, seleccionar «Marca de agua de imagen» y hacer click en el botón «Seleccionar imagen». Escoge entonces «Desde un archivo» y navega por el contenido de tu PC hasta encontrar la imagen. Selecciónala, confirma los diálogos y, automáticamente, pasará a mostrarse como fondo en todas las páginas del documento:

Texto aleatorio

Seguro que en alguna ocasión has querido diseñar un documento y, para tal fin, has necesitado llenarlo de texto falso para comprobar su aspecto. Lo más común es empezar a aporrear el teclado, pero el problema es que el resultado no suele corresponderse con el de un texto real, en lo referido a la distribución de frases por párrafos, palabras largas y cortas, etcétera. Otra opción es copiar y pegar un texto con otro origen, pero para ello tendremos que buscarlo previamente, asegurarnos de que luego no queden restos del mismo, etcétera.

Pero, ¿sabías que Word cuenta no con una, sino con dos funciones para generar texto falso? Y son tan sencillas de emplear que ni siquiera tendrás que navegar por menús. Tan solo tendrás que escribir un comando en el propio documento, y el texto se generará automáticamente:

=rand(p,f) donde p es igual al número de párrafos que quieres añadir, y f es el número de frases que quieres que compongan cada párrafo. Así sí, por ejemplo, quieres generar tres párrafos compuestos por cuatro frases cada uno, tan solo tendrás que escribir =rand(3,4), pulsar la tecla enter y, automáticamente, se generará el texto deseado.

La segunda función es muy similar, pero con una salvedad, y es que en vez de texto en castellano (o en el idioma en el que esté configurado Word, claro), empleará un texto muy conocido entre diseñadores, el más que popular Lorem ipsum. En este caso, el comando que tendremos que emplear es el siguiente:

=lorem(p,f) donde p es igual al número de párrafos que quieres añadir, y f es el número de frases que quieres que compongan cada párrafo. Es decir, su funcionamiento es idéntico al de rand, pero con la salvedad de que generará un texto del tipo lorem ipsum.

Traducir documento

Por muy políglotas que seamos, hay ocasiones en las que preferimos leer un documento en nuestro idioma, aunque sea con una traducción imperfecta, que en su idioma original. Y hay ocasiones en las que recibimos documentos en idiomas que desconocemos por completo, lo que nos obliga a copiar el texto, abrir el navegador, ir a un traductor online y pegar dicho texto, con el problema de que perderemos los formatos del texto.

Ahora, bien, en realidad toda esa operación es innecesaria, y es que Word incorpora una función de traducción que te permitirá tanto traducir una parte concreta de un documento, como un documento completo. Si quieres traducir un fragmento selecciónalo, pero para el documento completo no es necesario que lo hagas. Entonces selecciona «Revisar» en el menú inferior y escoge la opción deseada en el apartado

Si has traducido un fragmento, este se mostrará en el documento original, mientras que si has traducido un documento completo, la versión en castellano se copiará en un documento nuevo.

Editar documento PDF

Una búsqueda recurrente en Internet, desde hace ya muchos años, es cómo editar el contenido de un documento en formato PDF. Con los años se han publicado muchas aplicaciones para tal fin, y de un tiempo a esta parte también han proliferado los servicios online que te permiten modificar el contenido de un documento PDF.

Lo que quizá no sepas es que, de manera nativa, Microsoft Word también cuenta con esta función, es decir, puedes abrir un documento en formato PDF como si fuera un documento de texto en otro formato (Doc, Docx, RTF, TXT, etcétera) y trabajar sobre el mismo con normalidad. La única diferencia es que, al intentar abrirlo, Word te mostrará un mensaje indicándote que la conversión puede tomarse su tiempo

Confirma que quieres proseguir con la operación y, tras dicho proceso de conversión (que suele ser bastante rápido) ya podrás trabajar sobre el documento con normalidad. Esto, combinado con la función de Word de exportar documento en formato PDF, te permitirá restituirlo a su formato original una vez que hayas terminado de editarlo.

Cinco cosas de un PC que no son tan importantes como crees

A la hora de elegir un PC mucha gente parte de una especie de guión preconcebido que tiene en cuenta ciertos aspectos que, teóricamente, son muy importantes para tomar la decisión correcta. Es una buena idea, de eso no hay ninguna idea, pero hay un problema, y es que ese tipo de guiones suelen contener errores, y en muchos casos acaban dando una importancia desmedida a cosas que en realidad deberían quedar más en segundo plano.

Incluso para las personas con más conocimientos a nivel técnico esos detalles menos importantes pueden ser difíciles de apreciar, y por ello hemos querido dar forma a esta guía, en la que os vamos a explicar de una manera clara y detallada cinco cosas de un PC a las que damos demasiada importancia, y que en realidad no solo no son tan relevantes, sino que además pueden llevarnos a tomar una decisión equivocada.

En muchos casos esa importancia desmedida se debe a que tendemos a cegarnos con las cifras, es decir, creemos que más siempre significa que algo es mucho mejor, cuando en realidad puede ocurrir todo lo contrario. Así, por ejemplo, hay componentes que pueden parecer mucho mejor que otros, pero que al final tienen un valor precio-prestaciones muy pobre, tanto que acaban siendo una mala compra.

Siguiendo con el ejemplo anterior, incluso en aquellos casos en los que esos componentes puedan marcar una diferencia de rendimiento nos encontramos con que, al final, esa diferencia suele ser pequeña, y puede darse en aplicaciones o herramientas que realmente no vamos a utilizar. Creo que la idea clave detrás de esta guía ha quedado clara, así que vamos a entrar de lleno a ver esas cinco cosas.

1.-Las frecuencias de trabajo de un procesador

Hace tiempo que la carrera de los MHz quedó superada, pero todavía hay gente que cree que la velocidad de trabajo sigue siendo uno de los aspectos más importantes a la hora de elegir un nuevo procesador. Esto no es cierto, y puede llevarnos a cometer errores muy graves, ya que estaremos omitiendo otras cosas mucho más importantes para dar prioridad a esta.

Las frecuencias de un trabajo de un procesador se refieren a se refiere a la velocidad a la que el generador de reloj de un procesador es capaz de producir pulsos. Dichos pulsos se utilizan para sincronizar las operaciones de sus componentes, y aunque indican la velocidad del procesador (ciclos de reloj por segundo), solo son un indicador más de su rendimiento, y no son el más importante.

El rendimiento de un procesador depende principalmente de la cantidad de núcleos que tenga, del IPC (instrucciones por ciclo de reloj), de la cantidad de procesos y subprocesos que pueda manejar en total y, por último, de la frecuencia de reloj que tenga. Un procesador con un bajo IPC y una alta velocidad de trabajo ofrecerá un rendimiento claramente inferior al de un procesador que tenga un alto IPC y una baja velocidad de trabajo.

Por tanto, lo más importante de un procesador son el IPC y los núcleos, seguidos de los hilos totales (procesos y subprocesos) y finalmente de la frecuencia de trabajo. Este punto es el menos importante de todos, en contra de la creencia popular por la que todavía se dejan llevar algunos.

2.-Los diseños premium de tarjetas gráficas

Es un tema bastante peliagudo, porque es cierto que una tarjeta gráfica mal diseñada, con un sistema de refrigeración de baja calidad o un montaje defectuoso puede acabar dando graves problemas. Sin embargo, este no es un tema limitado a los modelos más económicos, he visto tarjetas gráficas con diseños premium que daban problemas de temperatura debido a un mal contacto entre el radiador y la GPU y/o la memoria gráfica, y también he visto modelos económicos ofrecer unas temperaturas excelentes.

Al final, dar demasiada importancia al diseño de una tarjeta gráfica puede hacernos pagar mucho más dinero por un modelo que no ofrecerá una ventaja realmente grande frente a otro modelo aparentemente inferior, y mucho más económico. Por ejemplo, una Radeon RX 6900 XT puede costarnos 1.049 euros con un diseño bueno (la Sapphire NITRO+ AMD Radeon RX 6900 XT SE OC GAMING) y perfectamente funcional que no nos dará ningún problema de temperatura, pero también puede costarnos 1.471,58 euros con el diseño premium de la PowerColor Red Devil AMD Radeon RX 6900 XT, que realmente no marcará ninguna diferencia importante a pesar de la enorme diferencia de precio que existe entre ambas.

Las dos tarjetas gráficas que hemos nombrado en el párrafo anterior ofrecerán un rendimiento prácticamente idéntico, y trabajarán con temperaturas totalmente seguras, pero la segunda nos habrá costado 400 euros más que la primera. Ese gasto extra no está justificado de ninguna manera, así que está claro que dicha tarjeta gráfica no habría sido una buena compra.

La conclusión que debemos sacar de todo esto está muy clara, y es que los modelos con diseños premium no marcan ninguna diferencia real que justifique su alto precio, y por tanto es mejor optar por diseños más modestos que son perfectamente funcionales y mucho más económicos.

3.-La latencia de la memoria RAM

Sé que alguno de nuestros lectores se habrá llevado las manos a la cabeza y estará pensando que esto es importantísimo, pero la verdad es que no lo es, porque a día de hoy las diferencias a nivel de latencias entre los kits de memoria RAM que se comercializan suelen ser mínimas, y esto hace que al final la diferencia de rendimiento también sea muy pequeña.

En la mayoría de los casos, un kit de memoria RAM que funcione a la misma frecuencia que otro pero que tenga una latencia ligeramente menor marcará una diferencia de rendimiento muy pequeña. A día de hoy lo normal es contar con kits de DDR4 que funcionan a una velocidad de entre 3.200 MHz y 3.733 MHz, con latencias que oscilan entre CL14 y CL18. Pues bien, un kit a 3.200 MHz CL14 y otro a 3.200 MHz con latencias CL16 ofrecerán un rendimiento prácticamente idéntico.

La latencia puede ser importante si hablamos de diferencias muy grandes, o si nos encontramos con latencias muy altas en kits de memoria RAM que funcionan a una velocidad muy baja, pero no es lo normal en los kits que se comercializan actualmente, ya que la mayoría tienen diferencias mínimas a nivel de latencia, y esas no marcarán un aumento significativo del rendimiento, más bien todo lo contrario.

Si tenemos dos kits de 16 GB de memoria RAM DDR4 a 3.600 MHz con latencias CL17 y CL16 con un precio de 80 euros y 105 euros, respectivamente, el primero sería una buena opción, porque es barato y rinde casi igual que el segundo. Ojo, con esto no quiero decir que no haya diferencias de rendimiento entre ambas, pero estamos hablando de entre nada y dos o tres FPS más en juegos, en el mejor de los casos.

4.-Las velocidades secuenciales de un SSD

Puede que hayáis vuelto a levantar la ceja, pero esto tiene también una explicación. La mejora más importante de rendimiento que marca una unidad SSD frente a una unidad HDD no se centra en las velocidades de lectura y escritura secuenciales, sino en los tiempos de acceso y la latencia. Un disco duro tiene partes mecánicas y sufre el problema de la fragmentación, lo que hace que para realizar algo tan simple como abrir un juego esta tenga que:

  • Activar el cabezal y moverlo para localizar el plato, y la zona de este, en la que se encuentra el archivo.
  • Realizar la operación de lectura y, en su caso, buscar dónde se encuentran el resto de archivos necesarios, que pueden estar «desperdigados» debido a la fragmentación.

Los tiempos de acceso que tenemos con un HDD son muy lentos, y las latencias son elevadas. Con un SSD ocurre todo lo contrario a lo que hemos dicho, y esto marca una diferencia enorme, tanto que es clave para conseguir esa sensación de fluidez absoluta y de que el equipo «vuela».

Las velocidades de lectura y escritura secuencial no son tan importantes porque cualquier SSD actual ya se mueven en valores que son lo bastante buenos como para conseguir una experiencia satisfactoria. Es cierto que una SSD que alcance los 7 GB/s será más rápido que otro que trabaje a 3,5 GB/s, pero al final la diferencia real de rendimiento que marcará esto en aplicaciones y juegos será mínima. Ya os hablamos de ello en nuestra guía dedicada a los mitos sobre las unidades SSD. En ella también os contamos que hay escenarios muy concretos en los que esas velocidades sí pueden marcar una diferencia importante, como por ejemplo cuando tenemos que mover archivos enormes, pero esto no es algo habitual.

5.-El tamaño de un sistema de refrigeración

Más grande es mejor, una expresión que no siempre se cumple y que, de hecho, acaba estando equivocada en muchas ocasiones. Tendemos a pensar que montar un sistema de refrigeración grande es imprescindible porque este enfriará mejor el equipo, o el componente al que esté unido, pero la realidad es que esto realmente no es tan importante como creemos.

He visto, y probado, sistemas de refrigeración con radiadores enormes y dos ventiladores que al final han registrado valores de temperatura peores que otros con un radiador más pequeño y con un solo ventilador, y también existen una gran cantidad de ventiladores fabricados en China que buscan atraer al usuario partiendo de esa idea, pero que al final tienen un rendimiento térmico muy pobre.

Un buen sistema de refrigeración no se define por el tamaño del radiador o de los ventiladores, sino por la transferencia de calor que es capaz de conseguir, de la densidad de aletas del radiador y de la presión estática que pueda generar el ventilador. Esto explica por qué un sistema de refrigeración enorme puede ser peor que otro más compacto, y por ello debemos tener mucho cuidado a la hora de elegir, ya que como acabamos de comprobar las apariencias engañan.

Lo mismo ocurre con los kits de refrigeración líquida AIO, y es que la calidad de estos acaba influyendo mucho en el rendimiento, tanto que podemos encontrar kits de 280 mm que son capaces de ofrecer un rendimiento casi idéntico o incluso superior al de otros kits de 360 mm. El kit Corsair H115i RGB Pro XT es uno de los mejores ejemplos, ya que ofrece un rendimiento fantástico, y no tiene nada que envidiar a otros kits que, por tamaño, parecen superiores, pero que realmente no lo son.

Cómo ver una contraseña Wi-Fi guardada en Windows con un solo comando

Cuando un PC con Windows se conecta a una red local inalámbrica por primera vez la contraseña Wi-Fi se guarda en la computadora. Ello facilita no tener que estar escribiéndola cada vez que conectamos a la misma red. Simplemente, el sistema la recuerda y se conecta automáticamente cuando está en rango si así lo decide el usuario.

Pero, ¿qué ocurre cuando la olvidamos y queremos dársela a un invitado, un familiar o nosotros mismos queremos emplearla en otro dispositivo? Son tantas las contraseñas a recordar que no es infrecuente que ello suceda.

Ver la contraseña Wi-Fi en Windows

Ya te hemos ofrecido algunos tutoriales para hacerlo a través de la configuración general de Windows, el panel de control o aplicaciones de terceros como WirelessKeyView, gratuita, portable y que funciona en todos los sistemas de Microsoft.

Hoy te proponemos otro método. Más sencillo que ninguno porque se realiza mediante un solo comando y sin tener conocimientos previos de la consola de Windows. De la siguiente manera:

  • Accede a la consola avanzada de Windows, Powershell (o usa la aplicación Windows Terminal). Por ejemplo desde la búsqueda de Windows:

  • Escribe el comando netsh wlan show profile name=»NETWORK» key=clear reemplazando NETWORK por el SSID de tu Wi-Fi. O lo que es lo mismo, el nombre de la red inalámbrica para la que necesitas ver la contraseña de acceso.

Como verás en la captura anterior, en el apartado de «Configuración de seguridad > Contenido de la clave podrás ver la contraseña para esa red Wi-Fi en particular, que para el ejemplo se llama «Orion». También verás otros datos como el tipo de configuración de seguridad, conectividad y el perfil de la red.

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